lunes, 13 de abril de 2009
Sabia a lo que iba.
Lo sabia, por eso iba.
Empece a entender cuando aparecieron los campos yermos, las encinas, la jara... el olor de mi tierra extremeña.
Todo lo que supiste transmitirme.
Y esa cancion que, un mes despues, se repetia una y otra vez en aquel coche:
A mi abuelo: por lo que dejo y lo que se llevo.
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